Una creencia bastante extendida es la de pensar que cuanto
más viejo sea el vino, indefectiblemente, mejor es su calidad. Veamos cuánto
hay de cierto en esta afirmación.
El vino mejora con el tiempo: Falso.
Este mito tiene la ventaja de que es falso en todas
sus variantes y acepciones.
Es falso que el vino, necesariamente, mejore envejeciendo.
No tiene porqué: el vino evoluciona y que el resultado de esta evolución sea
bueno o malo depende de múltiples factores. Adicionalmente, en nuestro país la
cultura de la compra de vino para su guarda y envejecimiento es escasa, aunque
en claro crecimiento, y por ello la norma general entre las bodegas es la de
comercializar los vinos listos, unos más y otros menos, para su consumo. Igual
que con cualquier ser vivo, el tiempo es algo escaso y hay que saber
aprovechar.
Igualmente, es falso que un reserva sea mejor, por
definición, que un crianza y por tanto, aplicando la lógica pura, que un
crianza tenga que ser más barato que un reserva..... Una vez más, recordemos
que la utilización del tipo de envejecimiento (crianza, reserva, gran reserva)
es un artilugio legal.
Dicho esto, una de las características clave que hacen de un
vino un gran vino, es su capacidad de envejecer, de evolucionar y de aguantar y
mejorar en el tiempo.
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